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Las tendencias Fintech anuncian una alteración inmediata

9 dic. 2015 por Guillermo Escribano

Más que un síntoma de que se está formando una burbuja Fintech (finanzas tecnológicas), las inversiones estratosféricas en el sector son una señal de que los bancos sufrirán una alteración más temprano que tarde.

Las inversiones en Fintech están aumentando a un gran ritmo debido a que empresas e inversores privados quieren aprovechar el potencial de la irrupción de las tecnologías digitales en los servicios financieros. El año pasado, las inversiones globales en las más de 12.000 startups del sector se triplicaron hasta alcanzar los 12.200 millones de dólares de los 4.000 millones en 2013, según Accenture. Este año, el número de unicornios Fintech valorados en 1.000 millones se ha triplicado hasta 36 desde tan sólo 11 en 2014, según Finovate.

Este crecimiento salvaje en las inversiones ha hecho que algunos se pregunten si se está formando una burbuja debido a la persistencia de la lluvia de inversiones, a pesar de que los beneficios operativos de las empresas cotizadas de Fintech hayan disminuido en los últimos años. Esta es la conclusión razonable que se puede sacar de lo que estamos viendo en el sector, pero no la única.

Es más probable que el tremendo crecimiento en las inversiones en Fintech sea un aviso de que se avecina una perturbación en los servicios financieros. La historia sugiere que las burbujas de Internet no pinchan hasta después de que una perturbación haya tenido lugar. La burbuja puntocom no pinchó hasta que los ganadores de la perturbación web 1.0 como AOL, Yahoo y Google habían emergido. El éxito de estas compañías resultó en una estampida en la que los inversores invertían en empresas que no tenían ningún precedente generando ingresos, con la esperanza de haber hallado otro Google o eBay.

El sector de las Fintech aún no ha llegado al nivel de finales de los años 90, donde los grandes ganadores ya habían destacado. El sector bancario no ha pasado por la primera etapa de la transformación digital y aún estamos esperando a ver quiénes son los ganadores de la perturbación en la banca. Aún estamos a principios de los 90.

Si está buscando pruebas de ello, solo fíjese en la incertidumbre continuada entre los bancos sobre cómo los nuevos actores van a impactar en sus negocios. Saben que se acerca una perturbación pero no están seguros de dónde vendrá primero o de cómo va a cambiar el mercado.

En parte, la causa de esa incertidumbre es que el potencial para perturbaciones en el sector sea tan enorme. El sector de los servicios financieros es tan grande y con tantas facetas que se pueden ver perturbadas de muchas formas distintas. La reputación del sector jamás se recuperó de la crisis financiera. Tecnológicamente, los bancos jamás alcanzaron el ritmo de cambio que experimentamos en nuestras vidas cotidianas. Continúan desarrollando nuevas aplicaciones encima de un legado de sistemas anticuados que han mermado su agilidad, dando apoyo a la opinión prevalente de que los bancos están “desfasados”. Así pues, mientras que otros sectores suben el listón en lo que se refiere a la experiencia que ofrecen a sus clientes, los bancos están en riesgo de perder sus relaciones con sus clientes frente a los nuevos y atrevidos operadores en el mercado.

La era de los millennials que se avecina multiplica, si cabe, ese riesgo. Es una generación que ha crecido con la forma digital de hacer las cosas, incluyendo sus operaciones bancarias. También se trata de una generación que ve a los bancos de una forma desfavorable y que encuentra poco uso para ellos. Son recelosos de complicarse sus vidas financieras aún más después de graduarse cargados de deudas. Valoran la sencillez y los consejos sobre cómo construir sus futuros financieros, y quieren que sus necesidades se satisfagan digitalmente, por encargo.

Todo esto nos conduce a la conclusión de que aún hay mucho espacio para que las compañías Fintech crezcan. Eso es aplicable a ambos tipos de compañías Fintech: las que están buscando asociarse con bancos, y las que quieren adelantarlos. Mientras los bancos tienen problemas para mantenerse al día de las innovaciones digitales, las compañías Fintech que buscan ser una alternativa a los bancos les van a poder quitar cuota de mercado. Los bancos responderán comprando más tecnología y servicios de las compañías Fintech que quieran asociarse con ellos.

Ese espacio para crecer significa que las inversiones y las valoraciones continuarán creciendo en Fintech. Y, a diferencia de muchas empresas puntocom, esas inversiones y valoraciones no estarán basadas en nada más que una promesa: la mayoría de las empresas Fintech más conocidas están generando ingresos en vez de estar colgando del hilo que representa el capital invertido que gastan mes a mes.

A medida que las inversiones vayan aumentando, la amenaza de perturbación para los bancos se irá volviendo más y más inminente. Hace unos pocos años, los banqueros creían que las barreras de entrada serían demasiado altas como para que nuevos actores entraran y les quitaran volumen de negocio. Eso sigue siendo cierto hasta cierto punto. No se trata de un sector en el que un pequeño grupo de amigos en un garage en algún lado puedan cambiar el orden establecido ellos solos en un poco tiempo. Pero con las inversiones estratosféricas que estamos viendo en el sector Fintech, es más fácil que nunca que ese pequeño grupo consiga los recursos necesarios para cambiar las cosas, y ahora pueden conseguir esos recursos más rápidamente que nunca.

Esto está ocurriendo en otros sectores donde las startups están creciendo más rápidamente que nunca y alterando las cosas a la velocidad de la luz. Uber aún se enfrenta a graves procesos legales y legislativos, pero ha adquirido los recursos para poder hacer frente a esos obstáculos.

En definitiva, las perspectivas para los bancos parecen desoladoras, pero no es así. Se encuentran en una posición donde pueden decidir su propio futuro. Muchos bancos se están preparando para participar en la perturbación que se avecina invirtiendo en startups de Fintech a través de sus brazos financieros para capital de riesgo. Pueden adquirir startups e integrar su talento, ideas y tecnologías para acercarse a sus metas estratégicas y proveer de servicios a los segmentos del mercado más inclinados al uso de tecnologías digitales de una mejor forma que sus competidores.

Naturalmente, los bancos que están adoptando este enfoque proactivo tienden a ser los más grandes que disponen de cientos de millones para invertir. Los bancos más pequeños se encuentran en una situación más difícil, pero podrían trabajar juntos y formar fondos de inversión. Si adquiriesen startups con grandes soluciones, podrían a su vez comercializar estas soluciones a los bancos mayores, creando así una nueva fuente de ingresos.

Por lo menos, los bancos más pequeños deberían crear sus propios laboratorios de innovación para experimentar con las nuevas tecnologías que están emergiendo del mundo de las startups de Fintech, posicionándose así para poder seguirlas con rapidez. No existe ninguna razón por la cual los bancos más pequeños deban quedarse al margen, aguardando a ser adquiridos por sus competidores más poderosos o la startup que despegue de pronto y se convierta en el Google o el Amazon de Fintech.

Artículo escrito por Paul Schaus, CEO & President at CCG Catalyst.

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