Era una herramienta necesaria. La ley de fomento de financiación empresarial, conocida como ley de crowdfunding , es el respaldo jurídico a la financiación colectiva de empresas, donde se incluye el crowdlending. Como toda ley, tiene letra pequeña. Te descubrimos sus secretos.
Pero, ¿qué es la financiación colectiva? Una revolucionaria forma de conseguir financiación alternativa para personas o empresas más allá de las asfixiantes condiciones impuestas por la banca tradicional. De hecho, el 45% de las pymes consideran el acceso al crédito como su mayor preocupación, según el Banco Central Europeo.
La financiación colectiva engloba a toda inteligente cooperación emprendida por personas que establecen una red para conseguir dinero u otros recursos y sienta sus bases en la tecnología e Internet. Es más rápida, eficiente y atractiva que la antigua financiación a través de los bancos. La ley de crowdfunding pretende protegerla.
En líneas generales podemos hablar de tres tipos de financiación colectiva: crowdfunding, equity crowdfunding y crowdlending o financiación para pymes. La ley no afecta a la primera de ellas, pero para no perdernos con la terminología, explicaremos cada una:
Los inversores privados que quieran obtener rentabilidades atractivas a través de crowdlending no deben preocuparse por los riesgos. Están protegidos por la ley de financiación empresarial y por los protocolos internos de plataformas como Funding Circle, que se aseguran de que las empresas que participan en sus páginas web ofrecen una seguridad en el retorno de la inversión.
En cualquier caso, la ley establece dos tipos de inversores en función del límite de inversión.
Inversores acreditados:
Inversores no acreditados: cualquiera que esté fuera de las anteriores consideraciones.
La ley de crowdfunding pretende proteger a los pequeños ahorradores que esperan sacar el máximo partido a las inversiones alternativas en opciones como el crowdlending, donde pueden alcanzar increíbles rentabilidades del 21% como en Funding Circle. Por eso, cada tipo de inversor tiene unas posibilidades distintas:
Pese a los beneficios que las formas de financiación alternativa han aportado a la economía española, la ley ha impuesto límites para conseguir préstamos para empresas más allá de la banca.
Las pymes que quieran préstamos de crowdlending podrán recaudar hasta 5 millones de euros anuales mediante inversores acreditados. En cambio, el tope será de 2 millones si se trata de inversores no acreditados. Además, ningún proyecto podrá superar el 125% de la cantidad solicitada si los inversores deciden apostar más de lo previsto, como ocurre en algunos casos de equity crowdfunding. Ninguna empresa podrá tener más de un proyecto en cada plataforma.
Por supuesto. Como son intermediarias financieras entre los inversores y las compañías, las plataformas de equity crowdfunding están reguladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que además vigila su comportamiento. Es obligatoria el alta de todas las plataformas desde finales de octubre de 2015 conforme a la ley de crowdfunding.
Por otro lado, las plataformas de crowdlending, como son entidades de crédito, están sometidas al control y la regulación del Banco de España. Cuando un inversor privado quiera comprobar el historial de solvencia de un proyecto antes de prestar su dinero, el Banco de España regulará los formularios. Una forma segura de obtener créditos para empresas .
Además, las plataformas tienen que firmar un seguro de responsabilidad social con una cobertura mínima de 300.000 euros por reclamación de daños y un total de 400.000 euros al año para atender todas las posibles reclamaciones que puedan surgir.
En resumen, la nueva ley de fomento de financiación empresarial es una magnífica herramienta que regula un sector joven y prometedor que ha venido para quedarse. El crowdlending ofrece una financiación alternativa a la banca necesaria para beneficiar a la economía española y permitir que las pymes españolas puedan crecer y crear empleo.