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Papis and Kids despega gracias al crowdlending

23 jul. 2015 por Guillermo Escribano

Eva Hernández, empresaria, valiente, madre y mente creadora de Papis and Kinds, nos cuenta su experiencia emprendedora. Su idea de negocio: coaching familiar. Descubrir el crowdlending, préstamos de particulares a empresas, fue el primer escalón de su ascenso al éxito.

Eva nos recibe en la sede de Papis and Kids. Es un bajo situado en el madrileño barrio de Salamanca, diáfano, con un par de mesas de estudio, una pizarra y una cocina. Todo para actividades infantiles. Ha conseguido el local gracias al préstamo de 43 inversores privados a través de la plataforma de crowdlending de Funding Circle. Nos cuenta cómo llegó hasta aquí.

“Mi vida cambió en 2011. Siempre me había gustado ayudar a los demás, pero era de forma más amistosa que profesional. Ese verano estaba sola en Madrid y vi un anuncio de Cruz Roja para ayudar tres horas a la semana. Me hice voluntaria y estuve ayudando un año en un centro infantil en el Parque del Retiro. Para mí fue un cambio abismal”, cuenta Eva, ingeniero de caminos, coach, project manager y empresaria de raza.

Papis and Kids y crowdlending

“Al que tú hayas ayudado, le alegras el día. El que ayuda, cambia su vida. Así que empecé a colaborar con otras asociaciones sin horario fijo, siempre que tuvieran que ver con niños”, aclara. “Mi experiencia fue importante. Enfrentarse a la educación de unos hijos cuando estás divorciada y lejos de la familia, me hizo reflexionar. Faltaban ciertos servicios que yo necesitaba. No existían. Todo se limitaba a clases particulares para niños. Decidí hacer algo, un negocio. Un sector nuevo”, añade.

“Había muchas posibilidades de servicios que dar. Pero era importante que el negocio fuera rentable. Llevábamos varios años planeando y dando cursos a niños, pero desde noviembre de 2014 nos pusimos a tope con Papis and Kids”, relata.

“Hemos tenido muchos niños. Damos clases de apoyo, coaching, intermediación en situación de divorcio, teatro infantil, pintura, cocina y otras muchas ideas”, explica Eva. Cuenta con un equipo de 7 profesionales del mundo de la educación y la pedagogía. “Si en cinco años pudiera dedicar la mayor parte de mi tiempo a Papis and Kids, sería realmente feliz”, admite.

“Hice un plan de inversión para Papis and Kids y quise buscar financiación alternativa”, confiesa Eva, que agrega que “no llegué a ir a los bancos porque, tras 20 años como empresaria, conozco cómo se mueven. Sabía perfectamente que el banco no iba a aprobar mi proyecto. Era una línea diferente para alguien como yo, sin experiencia en este sector”. Por eso investigó los créditos online.

Crowdlending para salir adelante

“Mi idea era hablar con inversores privados que pudiera conocer de otras cosas. Entonces, un domingo entré en la web de Funding Circle y rellené el formulario sin ninguna esperanza. Estaba en el sofá, en casa, y no tenía todos los documentos de la empresa que son necesarios para el análisis de riesgo… Y a los dos días me llamó Almudena de Andrés, del equipo comercial de Funding Circle, y me convenció. Si no es por ella, este negocio no sale adelante”, dice Eva con una sonrisa.

“Entonces, al ver cómo funcionaba el crowdlending, me animé. Y empecé a animar a otros empresarios para que apuesten por invertir online o pidan un préstamo. Ahora estoy mirando proyectos y me gustaría empezar a invertir. Me gusta mucho la filosofía de ayudar a las pymes, de que se cuiden a los inversores finales con tan buenas rentabilidades”, afirma esta empresaria.

Financiación alternativa

“¿Cómo no van a estar bancarizadas las empresas? ¿Qué van a hacer, si no? Todo pasa por los bancos y el Gobierno no da ayudas ni apoya a las pequeñas empresas. En otros países te ayudan como sea, pero aquí…”, Eva deja en suspenso la frase, para cambiar el ángulo. Quiere hablar de financiación alternativa.

“Mucha empresas necesitan una alternativa bancaria y Funding Circle ofrece esa posibilidad. Desde la crisis los bancos han subido mucho los requisitos a la hora de conceder préstamos. No es posible ni teniendo propiedades ni nada. El proyecto tiene que ser súper viable y tienes que tener muchísima experiencia para conseguir algo a través de los bancos”, confiesa antes de observar su teléfono móvil. Es una empresaria ocupada y se disculpa, pero tiene otros compromisos.

Y concluye: “A los que han invertido en mi proyecto, muchas gracias por creer en él. De no ser por los inversores, esto no se hubiera abierto. Un banco jamás me hubiese ayudado. Y les animo a que, si ven otro proyecto que les gusta, que inviertan también. Pero, sobre todo, quiero que Papis and Kids se convierta en aquello que los inversores han imaginado que sería”.

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